- La Comunicación Oral:
- Las palabras representan en la comunicación oral lo que las letras en comunicación escrita. Por ello debemos enfatizar, matizar nuestra comunicación. Contamos con distintos elementos que van a ayudarnos a conseguirlo.
- ¿Qué elementos debemos tener en cuenta para tener una presentación en público excelente?.
- Dicción:
- Se habla de correcta dicción cuando el empleo de dichas palabras es correcto y acertado en el idioma al que éstas pertenecen, sin atender al contenido o significado de lo expresado por emisor.
- Nos referiremos en la sesión por Dicción por la “correcta pronunciación de las palabras”. Por tanto, necesitamos pronunciar correctamente.
- En ocasiones, al hablar en público, en una reunión, o en situaciones tensas nuestra velocidad hace que suprimamos algunas de las letras de las palabras, como por ejemplo: “ventiuno” por “veintiuno”.
- Otras veces nos hemos habituado a su pronunciación incorrecta y no somos conscientes de ello, como caso de utilizar la segunda persona del singular del pretérito perfecto simple o indefinido del indicativo añadiendo una “s” que no lleva. (Dijistes, vistes, comiste).
- Tomar consciencia de estos errores es necesario antes de ponernos frente a un auditorio. Hagámonos amigos del diccionario y comprobemos antes su pronunciación correcta.
- Algunos ejemplos,
- Algunos oradores al hablar rápidamente fusionan vocales como “procupación” por preocupación, “raccionar” por “reaccionar”…
- La solución se encuentra en hablar de forma más pausada. Realizar distintas lecturas obligándonos a ir más lentos. Grabarnos y escucharnos serán el mejor juez para optimizar nuestra dicción.
- Al final de la documentación encontraréis diversos ejercicios para mejorar nuestra dicción y vocalización.
- Vocalización
- La colocación de la voz consiste en producirla correctamente, tomando en cuenta tanto la respiración, colocación correcta del diafragma, posición de los labios, articulación y desde luego, la dicción.
- En términos comunes diríamos que es la correcta pronunciación de cada una de las letras en nuestro propio idioma.
- Tono
- El tono es la propiedad de los sonidos que los caracteriza como más agudos o más graves, en función de su frecuencia. Es inherente a la persona, lo que tratamos en la sesión es énfasis o la “viveza que le damos a nuestra comunicación”.
- El tono: La cualidad del tono que interesa aquí es el tono afectivo, esto es, la adecuación emocional del tono de voz dirigido a un auditorio.
- Constituye la “música” que debe contener todo relato y van desde agudos a graves en sus extremos. Recordemos en los escritos: en las comas, subir el tono, en los finales, bajarlo. Y, en las descripciones donde hay numerosas comas trataremos de bajar y subir el tono.
- Muy relacionado con lo anterior se encuentran “los matices”. Matizar una palabra implica darle una intencionalidad, una interpretación. Detectar aquellas palabras que queremos darle intencionalidad.
- Ritmo
- El ritmo se refiere a la fluidez verbal con que se expresa la persona Referida a la velocidad con la que nos expresamos.
- Si bien es cierto que tenemos una capacidad asombrosa para escuchar, se calcula que más de cuatrocientas palabras por minuto, también lo es que no podemos procesar ni retener todas.
- Lo ideal es ralentizar nuestro ritmo cuando el tema es nuevo, difícil o complejo, y daremos más velocidad cuando los términos, conceptos o ideas sean conocidas, comprensibles y sencillas.
- Adecuar el ritmo al tipo de comunicación nos asegurará la comprensión.
- Variar el ritmo también da vida, consigue atención, elimina la monotonía…
- Volumen:
- Asegurar que todo el auditorio nos oye, no debe esforzarse en escucharnos ya que si esto sucede desconectará al poco tiempo.
- Es vital que la última persona sea capaz de oírnos sin dificultad.
- Muestra como nos encontramos tranquilos, controlados.
- Tener en cuenta que elevar la voz no es chillar. Si nos viéramos en la necesidad de hacerlo no dudemos en pedir un micrófono.
- Las pausas
Las pausas representan el dominio de un buen ritmo.
¿Cuándo y para que las utilizamos?
- Para respirar, invitar a la reflexión, crear expectación, y como no para controlar la atención.
- Como recurso deben ser estudiadas, una pausa sin sentido da la sensación de haberse quedado en blanco y puede confundir al auditorio.
- Una pausa demasiado larga, más allá de unos tres o cuatro segundos puede originar distracción o que el auditorio hable
- En nuestra intervención existen dos pausas (o silencios) importantes: el inicial, antes de exponer; y el que se encuentra antes entre motivación final y cierre.
- Las muletillas
- Son palabras o sonidos que utilizamos rellenando el lenguaje. Por ejemplo “eeeee”, ·”o sea”, “esto es”, “estee”, “bueno” ¿Mmm?
- Deslucen el mensaje, es como si utilizáramos tachones en nuestra escritura.
- Dan sensación de inseguridad.
- La articulación, vocalización y la utilización de silencios nos ayudará a corregir este vicio elocutivo.
- Utilización lenguaje
- Supone el uso correcto y adecuado de la lengua empleada en la comunicación.
- Utilicemos un lenguaje directo, coloquial, afirmativo. Seamos descriptivo, específicos, simples y breves. (ser breve no significa hablar como los indios sino evitar demasiados giros o extendernos demasiado en un contenido cuando no es necesario). Es bueno utilizar la economía del lenguaje, por ejemplo evitar decir “a causa del hecho de que”, mejor diremos “porque”
- Ahora bien, el estilo breve no ha de caer en el lacoismo; es decir, en una extremada concisión y sequedad, que deje sin vida el enunciado.
- Los retóricos antiguos insistieron en la necesidad de variar tanto la longitud de las oraciones como su modalidad para evitar la monotonía.
- “Ser claro es ser sencillo”. Asegurar que todo el auditorio nos comprenda. Si necesitamos utilizar vocablos que pueden no ser comprendidos por la totalidad de la audiencia, acto seguido explicar su significado, por ejemplo: “hemos llegado a la peroración, es decir, conclusión”.
- Cuidar en la gramática la concordancia entre sujeto y verbo como sería el caso “habían muchas personas en la cola del cine”. En este caso el verbo debe expresarse en singular. Este es un error que hace concordar la forma impersonal de algunos verbos con el sujeto que no existe (“La expresión oral”, Larousse)
- Atención a los posesivos: es frecuente emplear determinantes posesivos en lugar de pronombres personales precedidos de la preposición de, que sería lo correcto. Por tanto, hay que decir “detrás de nosotros, de él, de ti, en lugar de detrás nuestro, suyo, tuyo”
- Cuidar el empleo incorrecto del vocabulario. Es común utilizar por uso y costumbre una palabra de forma incorrecta, por ejemplo “está enervado/a” dándole un significado de nervioso/a, cuando su significado real es el contrario.