El comienzo y el final aspectos delicados a tratar.
Comentamos aquí los puntos más delicados a la hora de preparar nuestra presentación en público. Los desarrollamos en otro apartado precisamente por su importancia.
Ambos deben ser los últimos en realizarse, dedicando tiempo tanto a su desarrollo como a su puesta en práctica.
¿Cómo comenzamos?
“El comienzo es la mitad de un todo”. La forma en como lo hagamos va a tener un impacto directo en el resto de la presentación.
Analicemos que es lo más pertinente para el tema y el auditorio.
Qué es lo más adecuado para el entorno.
Que es lo más adecuado para nuestro estilo personal.
Deberemos:
Presentarnos (brevemente).
Especificar el objetivo (que vamos a conseguir).
Establecer una visión general del tema a tratar (indicando los puntos principales).
Mostrarnos cercanos, amables, cordiales.
Comentar pautas de comportamiento (la realización de las preguntas, logística…).
Cuidaremos tanto “que” decimos como el “como” lo decimos (esto último lo trataremos en la comunicación frente al auditorio).
Motivar a que nos escuchen (no utilizar fórmulas típicas del tipo: “Mi nombre es… y estoy encantado de estar ante un auditorio tan…”).
Para conseguir la atención y motivación especial existen diferentes técnicas, algunas ya las hemos comentado anteriormente, como son:
Utilizar frases célebres.
Crear escenarios.
Realizar preguntas (Pregunta impactante, para reflexionar…).
Contar anécdotas.
Comenzar con un pensamiento, reflexión….
Contar un chiste (si tiene relación, tenemos gracia y lo hemos probado).
Algunos ejemplos – comienzos:
Frases célebres:
El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona (Aristóteles)
Por los defectos de los demás el sabio corrige los propios (Miguel de Unamuno).
Preguntas impactantes:
En relación al tiempo; ¿saben ustedes cuanto tiempo gastamos durmiendo, trabajando, comiendo…? ¿cuánto tiempo creen que nos dedicamos a nosotros?
Anécdotas (hecho breve, real y curioso)
En 1898, catorce años antes de que el Titanic zarpara, el marino estadounidense Morgan Robertson escribió una novela llamada Futilidad, sobre un lujoso barco que se hunde en su viaje inaugural al chocar contra un iceberg en el Atlántico. La nave, era la más grande del mundo, con un casco triple e imposible de hundir. Sus pasajeros eran la crema y nata de la aristocracia y además, no había suficientes botes salvavidas. El nombre de la embarcación era, créalo, El Titán.
Historias, cuentos, relatos, fábulas:
Durante mi último curso en la escuela, nuestro profesor nos puso un examen. Leí rápidamente todas las preguntas, hasta que llegué a la úlltima, que decía así: ¿Cuál es el nombre de la mujer que limpia la escuela? Seguramente era una broma. Yo había visto muchas veces a la mujer que limpiaba la escuela. Era alta, cabello oscuro, como de cincuenta años, pero… ¿cómo iba yo a saber su nombre? Entregué mi examen, dejando la última pregunta en blanco. Antes de que terminara la clase, alguien le preguntó al profesor si la última pregunta contaría para la nota del examen. Por supuesto, dijo el profesor. En sus vidas ustedes conocerán muchas personas. Todas son importantes. Todas merecen su atención y cuidado, aunque solo les sonrían y digan: !Hola! Yo nunca olvidé esa lección. También aprendí que su nombre era Dorothy.
¿saben ustedes cual es su talón de Aquiles?
¿Por qué se llama TALON DE AQUILES a un punto vulnerable?. La diosa Tetis bañó a su hijo Aquiles en la laguna Estigia, con lo que consiguió que fuera invulnerable, excepto en el talón por donde lo sujetaba.
¿Cómo concluimos?
Debemos estudiar muy bien el final de nuestra exposición, es con lo que las personas que nos han escuchado se van a quedar. Lo último que deben recibir, y generalmente llamamos a la “acción”.
Realizar un breve resumen de los aspectos tratados durante nuestra intervención. (intentar utilizar el resumen distinto a la visión general del comienzo).
Utilizar algún recurso apuntado: una fábula, metáfora, una anécdota, una pregunta-reflexión, una historia, o simplemente una afirmación desafiante, una pregunta impactante…
Dar simplemente las gracias. No enrollarnos agradeciendo, y alargando la sesión.